Muchos son los abordajes que se han hecho del mito del vampiro en los diversos lenguajes artísticos, pero entre las páginas de la novela de Stoker encontramos lo que consideramos es la esencia del mito. Y fue eso lo que nos condujo a la interpretación más que subjetiva de la metáfora, a la que sumamos también la sugestiva historia del verdadero conde Vlad Dracul, fuente de inspiración de Stoker.
¿Quién es, qué es Drácula?, ese que vive chupando sangre, que mata a su antojo, pero que seduce irresistiblemente al que necesita para su servicio, ¿Seduce la sangre?, ¿Seduce la vida eterna?, ¿Seduce poseerlas? Puede matarnos pero no puede entrar en nuestra casa - mente, si no lo autorizamos. Drácula, no puede vivir sin sangre. ¿Qué Significa La Sangre? No nos cabe duda la sangre es poder y entonces somos parte.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nota en UnderPrensa.bliogspot

“Por la apropiación lúdica y responsable del espacio público” es el título del 6º Encuentro Nacional de Teatro Callejero de Grupos que se realizará del 9 al 13 de noviembre en Parque Avellaneda de la Ciudad de Buenos Aires, con la participación además de artistas de Latinoamérica.
Héctor Arbarellos, director del Grupo de Teatro Callejero La Runfla, organizador del evento, fue entrevistado en Mundo Invisible, magazine de cultura under que se emite todos los martes por Cítrica Radio de Avellaneda y lo que sigue es parte de la nota:
¿Cómo es la difusión del teatro callejero en el país?
No se lo conoce mucho al teatro callejero en Argentina. A partir de la vuelta de la democracia hubo una explosión del teatro de calle, porque había una necesidad de la primavera democrática de recuperar los lugares públicos. Luego en los ’90 muchos grupos empezaron a irse a salas o galpones. Quedamos pocos haciendo teatro de calle, entendiendo que es importante, parte de un lenguaje y una opción estética que aprovecha los espacios abiertos, donde está la gente, el transeúnte al que tratamos de recuperar como espectador.
¿Y qué características particulares tiene este tipo de realización?
Es un teatro que se adhiere en forma pasional, porque no cuenta con sala y hay un lenguaje particular que hay que desarrollarlo. Al cumplir los primeros diez años del grupo decidimos realizar un encuentro con otros compañeros que hacen este tipo de teatro y a partir de ahí se realiza en forma bienal lo que es el Encuentro Nacional de Teatro Callejero de Grupos coordinado por nosotros y realizado en Parque Avellaneda.
Como parte de esa propuesta no convencional presentaron este año “Drácula, una metáfora” con funciones a la madrugada…
Es algo que no se hizo nunca, durante el encuentro lo vamos a retomar en el horario de las 4 de la mañana. Es un espectáculo valiente. Es lindo encontrarse con ese parque silencioso, tan particular que toda la noche y amanecer juntos en un estado de reflexión, porque en sí el amanecer lleva a un estado de renacer.
¿Quiénes participan del encuentro?
Esta es la sexta edición, se viene haciendo hace diez años y tenemos invitados grupos de toda Latinoamérica y muchos del interior del país. Tenemos también grupos comunitarios, aquellos integrados por vecinos que no son actores pero que realizan espectáculos en el espacio abierto. Otros que también utilizan el lenguaje del teatro de calle para actividades que tienen que ver con la reconstrucción social en cárceles o barrios carenciados, por ejemplo.
Hacen mucho hincapié en la recuperación del espacio público.
La base del lenguaje es la utilización del espacio abierto, que es de todos y que algunos pretenden enrejar. A ese espacio lo tenemos que cuidar entre todos. Por eso el subtitulo de este encuentro dice: “por la apropiación lúdica y responsable del espacio público”.
¿El apoyo del público en materia económica lo hace redituable o es una competencia desigual frente al teatro de sala?
El teatro de sala tiene una ventanilla en la cual hay que abonar la entrada. El espectáculo de calle pretende que la gente tenga conciencia de lo que vio, que es un espectáculo que no está en sala no porque no sea bueno sino porque hubo una elección del espacio abierto y entonces tiene la oportunidad de poner un dinero, que no es una limosna sino lo que considera que ese espectáculo vale. Esa forma de recaudación también tiene un aspecto ideológico profundo.

Nota en Página 12 Sobre el Encuentro Nacional de Teatro Callejero

Por Sergio Sánchez
En 2001, mientras el país se venía abajo, los integrantes del grupo teatral callejero La Runfla apostaban al crecimiento cultural y a la reunión entre los vecinos del barrio. ¿Qué mejor manera de hacerle frente a la crisis que construyendo? Por entonces, crearon el primer Encuentro de Teatro Callejero de Grupos, el mismo que hoy celebrará su sexta edición en el Parque Avellaneda (Directorio y Lacarra). “Comenzamos a organizarlo porque a nuestro grupo le faltaban actores que se dedicaran y especializaran en este lenguaje. Y aparte queríamos generar un encuentro e incentivar a que los actores y los grupos hagan teatro de calle”, recuerda Héctor Alvarellos, director del grupo que durante el festival festejará dos décadas de vida. Durante cinco días –el cierre será el domingo–, grupos porteños, provinciales y hasta de otros países coparán el corazón del parque y brindarán espectáculos teatrales gratuitos a públicos que quizá nunca tuvieron la posibilidad de asistir a una sala.
A la par de la recuperación del país, sucedieron varios acontecimientos que le dieron aires frescos a este género escénico. El más significativo fue, sin duda, la creación de un curso de Formación para la Actuación en el Espacio Abierto, que se dicta desde 2004 en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD), de la Ciudad de Buenos Aires. Más atrás en el tiempo, el teatro callejero en la Argentina aparece a finales de la última dictadura cívico-militar. “El teatro callejero está mucho mejor que cuando empezamos –repasa Alvarellos–. Pero por varias causas no hemos podido desarrollarlo mejor. En los setenta tuvimos a la dictadura nefasta. En la explosión de los ochenta, en la primavera democrática, muchos grupos salimos a la calle a expresarnos. Y en los noventa empezó a caer gracias el menemismo, el individualismo y el culto a la reja. Fuimos pocos los grupos que sobrevivimos a esa etapa. Y ahora, a partir de 2003, se volvió a recuperar el lenguaje. La gente tuvo la necesidad de juntarse.” Para La Runfla, ésta será su última edición como grupo coordinador del encuentro: “Pero lo dejamos vivo y latiente para quien lo quiera tomar”, invita. La intención del paso al costado es que “despegue del Parque Avellaneda, que es el centro del teatro callejero, y que crezca por todo el país”.
Sin embargo, uno de los impedimentos actuales para su desarrollo es la falta de subsidios y la infaltable burocracia: “Si la Legislatura porteña hoy apoya a las murgas en el Carnaval, cosa que me parece importantísima, lo mismo debería hacer con el teatro callejero –analiza el también coordinador del encuentro–. Encima, el gobierno pide seguros para todo. Y eso genera trabas. Ahí se empieza a privatizar el espacio público. Esa burocracia empieza a jugar en contra de las posibilidades de su uso”. Pero no todo son pálidas: el festival –que se realiza cada dos años y es el único de su estilo en el país– recibe un gran apoyo de los vecinos, quienes colaboran con su organización y hasta cobijan a los grupos teatrales que vienen de otras latitudes, como Colombia, Francia y Uruguay. “El encuentro es de grupos, no es individual. Lo que hay que seguir incentivando es la actividad teatral en grupo, más allá de que sea en la calle o no”, destaca el director.
En cuanto a la programación, habrá para todos los gustos. La inauguración será a todo color: una caravana de personajes en zancos y bicicletas desfilará hoy a las 18.30 desde la Plaza Flores hasta el Parque Avellaneda. A las 20.30, el grupo teatral colombiano Luz de Luna presentará la obra La fiesta de los enanos y el cierre estará a cargo de la banda de reggae Pacha Santa. En tanto, mañana, a las 17.30, los alumnos del curso de teatro callejero de la EMAD estrenarán Rebelión. Animales de costumbre (una adaptación de Rebelión en la granja, de George Orwell); a las 18.30, el grupo La Parafrenética saldrá a escena con la obra Canto a lo esencial, y a las 21.30, los uruguayos de Esperpento presentarán El insolvente niño distinto. Entre otras obras, el viernes a las 16, la Compagnie Filles en Tropiques de Francia mostrará su obra La taranta di pulcinella; a las 4 de la madrugada del sábado, La Runfla se lucirá con Drácula. Uma metáfora, y el domingo a las 17.30, actuará el grupo riojano Kamar Teatro de la Luna, con su obra Espantapájaros.
–¿Cuáles son los discursos y mensajes que predominan en el teatro callejero?–La dramaturgia de calle tiene sus particularidades. El dramaturgo casi siempre pasa a ser el director de alguna obra que ya existe. La dramaturgia se incorpora al lugar en el que se desarrolla la obra. Uno tiene que construir para un espacio que no es fijo. Algunos abordan estéticas surrealistas y abstractas y otros cuentan cosas concretas. La Runfla es muy dispar, pero siempre tomamos como eje al poder. Esta dramaturgia no tiene especialistas y las temáticas son diversas. A nosotros nos interesa abordar temáticas que le importen al público. Estas historias no son triviales: dejan algunas incógnitas y la gente se queda pensando. Cada grupo habla de una temática que lo inquieta y siempre deja una opinión. Algunos hacen espectáculos de día y otros de noche. El mismo amplio espectro que tiene el teatro de sala. No nos da lo mismo hacer Galileo Galilei con el Planetario prendido y la luna detrás con un cielo abierto o el Drácula, que cuando amanece termina la obra. Nos interesa jugar con esas cuestiones que son tan propias de la tierra. Nuestra idea fue siempre rescatar al transeúnte, transformarlo en espectador y después en partícipe sin forzarlo. Eso genera cierta incomodidad, no es la silla ni la butaca cómoda. Ocurre en la calle.
–¿Y en cuanto al actor? ¿Cómo lo interpela?–El teatro callejero desmitifica al actor pero también lo agiganta. Porque el actor vuelve al estado más puro de su origen. El actor que acaba de terminar de hacer la función creó algo mágico, una fantasía, en ese espacio por el que todo el mundo transita. El teatro nació con él en el espacio abierto y la esencia es popular. Entendemos por popular aquello que entienden las mayorías, aunque no entiendan todo. No somos herméticos ni elitistas. Pueden existir grupos que quieran hablar para minorías en la calle y eso también es válido. Es una elección. Pero en la calle está todo el mundo. En cambio, la sala condiciona, pone límites, aunque sea gratis. Hay gente que no se anima a entrar a una sala. El teatro nació en la calle y luego se trasladó a la sala. Está bueno que haya lugares cómodos, no estoy en contra de eso. Pero nuestra intención es recuperar la inquietud que genera una obra en un espacio público.
–“Por la ocupación lúdica y responsable del espacio público” es el subtítulo del encuentro. ¿A qué se debe?–El espacio público es un espacio en disputa permanente. Esas cosas se las decimos a los chicos que entran a la escuela. Sentimos que recuperamos el parque para el arte, el encuentro y para que la gente pase un momento feliz. Porque los medios pintan la calle como un gran terror. Sin embargo, cuando estrenamos Drácula. Una metáfora a las 4 de la madrugada vinieron 480 espectadores. Y tuvimos más gente a esa hora que cuando lo hicimos más temprano. La gente disfrutaba del amanecer cuando terminaba la obra. El parque es muy bello en ese horario. Mucha gente se reprime de ir a un espacio verde por miedo. Por suerte, el parque está muy habitado. La actividad cultural es muy fuerte y los vecinos se conocen. Hay que saludarse y empezar a conocerse. Recuperar eso es fundamental. Nosotros defendemos el encuentro, lo orgánico del ser humano. El hablar y escucharse. Porque la máquina nos conecta, pero nos aleja. Nos tiene cerca desde lo virtual, porque sirve para un montón de cosas, pero desde lo orgánico no puedo tocar a alguien por Facebook. No puedo estrechar su mano, darle un beso en la mejilla. Lo tengo que ver. A veces viven a cinco cuadras y se hablan por Facebook.

Link: http://m.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/10-23454-2011-11-09.html

6to Encuentro Nacional De Teatro Callejero

         
POR LA OCUPACIÓN LÚDICA Y RESPONSABLE DEL ESPACIO PÚBLICO

El Grupo de Teatro Callejero La Runfla, en el marco de los festejos de sus veinte años de trayectoria, coordinará, por 6ta. y última vez, el encuentro nacional de teatro callejero de grupos, que se realizará del 9 al 13 de noviembre.
participarán del mismo, grupos nacionales seleccionados e invitados especiales de COLOMBIA, Uruguay y FRANCIA.
la programación también incluirá actividades de charlas en ronda coordinadas por  representantes de aincrit (Asociación de Investigadores y Críticos de Teatro), proyección de videos, danzas circulares con el público  y grupos musicales.
además se presentaran muestras  de  producción de la actividad pedagógica    que el grupo organizador lleva adelante,  convirtiéndolo en atractivo tanto para el público teatral como la comunidad académica.

El Encuentro de Teatro Callejero se realiza al aire libre, en el espacio público y con entrada gratuita.
  


  

Del miércoles 9 al domingo 13 de noviembre
Parque Avellaneda: Avenida Directorio y Lacarra.
Informes: 4671-2220 / 4636-0904 / chacradelosremedios@buenosaires.gov.ar

Cuenta La Runfla sobre el origen del Encuentro
En el 2001, cuando cumplíamos nuestros primeros diez años, decidimos celebrarlos organizando un gran cumpleaños invitando a diferentes grupos de Teatro Callejero de la Argentina con el fin de encontrarnos y reconocernos en este lenguaje; y aquel festejo se transformó en el 1er Encuentro Nacional de Teatro Callejero de Grupos que se instaló como el único a nivel Nacional que se viene realizando en forma bienal con la participación de grupos invitados de Latinoamérica y Europa.
De esta manera llegamos a esta sexta edición con muchos logros y la felicidad de cumplir 20 años con el mismo entusiasmo de aquel entonces.

El Por qué de la continuidad del  Encuentro

El teatro de calle no posee un espacio dentro de la política cultural de la ciudad, es por eso que queremos y creemos que la realización de los Encuentros de Teatro Callejero pueden definitivamente instalar este espacio de realización y debate como una instancia de promoción, difusión y enriquecimiento del lenguaje del teatro de calle en todo el país.
Este evento, que ya cuenta con 5 ediciones anteriores, sigue creciendo. Y también crecieron las expectativas del grupo realizador de ofrecer una programación de excelencia.
En las ediciones anteriores los recursos para la realización fueron aportados por el Instituto Nacional del Teatro (con lo que se cubrió la comida de los participantes), por el Gobierno de la Ciudad (que aportó infraestructura edilicia y material gráfico) y un auspiciante (con el cual pudimos cubrir parte de los pasajes), los alojamientos y la organización general del evento se cubrieron con aportes vecinales y de instituciones barriales.
Han participado de los mismos, además de los grupos nacionales, grupos de Latinoamérica, y Europa, como forma de generar un puente donde el intercambio y el cruce de miradas generen un enriquecimiento para el teatro de calle.
El grupo de teatro callejero La Runfla realiza la coordinación del Encuentro llevando adelante la organización general junto a los distintos actores culturales de Parque Avellaneda.